Ladrones de tumbas (y VII) ~ Pruébame blogger!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Ladrones de tumbas (y VII)

En capítulos anteriores...: I, II y III, IV, V, VI.

La selva duerme. Y una mierda, el que inventó esa expresión nunca ha estado en una puta selva. Aparte de los jodidos mosquitos de mierda hay miles de bichos y fieras rondando continuamente. Solo el fuego parece alejarlos y mantenerlos a raya. Odio esta selva de mierda y todo lo que hay en ella, incluidos estos que duermen ahí. Ah, con gusto los despachaba ya mismo. Porque aún no hemos llegado al templo y porque necesito que alguien lleve las riquezas que de él saquearemos. Aunque estos días he estado aprendiendo a usar el portátil de Paul, con su famoso GPS de mierda que nos lleva retrasando desde que entramos en la puta selva. Y esto es lo mejor que ha podido comprar con mi dinero. Es un personajillo con poca visión, yo hubiera comprado hombres y voluntades, si yo hubiera organizado esto... y sin embargo estoy siguiéndole el juego a Jack y aguantando al gorila de John. En cuanto volvamos busco un sicario que los despache. Mientras tanto, tengo que evitar ser devorado por la nube de mosquitos, no caerme en alguna sucia ciénaga, esquivar las nubes de desechos que tiran los monos de los cojones y sobre todo seguir sonriendo estúpidamente a cada pregunta de como estoy y de si me he tomado la medicina del tontolabas del Paul. Si algo me mata es eso...

¿Eh? ¿qué ha sido eso? ¿¡hay alguien ahí!? bah, algún bichejo que se ha acercado más de lo normal. Si lo raro es que aún estemos todos... un momento, no estamos todos. Falta la sabandija. Muerta por el camino debería estar. No, no creo que haya podido sobrevivir solo, y si lo ha hecho estará solo y perdido. Estará solo y perdido, solo y perdido ¿verdad?... ¿y si está vivo y quiere vengarse? por dejarlo solo y perdido y eso... no, fue él el que se marchó, nosotros no tenemos nada que ver ahí. Yo nunca le he tratado mal; no peor que a los demás, al menos. No tiene motivos para hacerme daño, pero es un ser taimado, vanidoso y rencoroso. Mejor no fiarse. Daré una vuelta al campamento por si las moscas. Si alguno de los otros está muerto, un problema que me ahorro. ¡Otro ruído! ahora viene de allí. Sea lo que sea, lo sorprenderé. Sea lo que se...

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